Fuerteventura no es sólo playas hermosas y aguas cristalinas.En esta página te dejamos una pequeña lista de los pueblos y lugares que creemos que deberías ver para saborear su verdadera esencia.
Corralejo es el centro de la vida en el norte de Fuerteventura. Antaño pueblo de pescadores, ahora es un animado centro turístico, lleno de bares, restaurantes y tiendas. El paseo marítimo recorre unos 2 km desde el centro, pasando por el puerto deportivo y terminando con una hermosa vista de las islas de Lobos y Lanzarote.
A unos 20 km de Corralejo encontrarásel pequeño pueblo de pescadores de El Cotillo. Pasea por sus callejuelas, relájate en un bar con vistasy disfruta de una de las maravillosas puestas de sol. No olvides una visita alFaro del Tostón,el interior aún está en reformaspero la vista desde allí merece una visita.
Lajares es un pequeño pueblo a medio camino entre Corralejo y El Cotillo, una pequeña perla blanca enclavada entre volcanes y rodeada de "malpaís", los típicos restos de antiguas coladas volcánicas. En los últimos años, la vida ha estallado literalmente: encontrarás un montón de actividades relacionadas con el surf, increíbles tiendecitas de artistas y artesanos locales, bares y pequeños restaurantes que realmente merecen una escapada relajante. Los sábados, la pequeña plaza central acoge un bonito mercado de artesanía... ¡vamos de compras!
Esta pequeñísima ciudad no tiene nada de particular y, por desgracia, algunos de los edificios históricos más interesantes están cerrados y no hay noticias de su reapertura. Sin embargo, la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria merece una breve visita y unas cuantas fotos de recuerdo. A lo largo del camino encontrarás algunos hermosos molinos que esperan ser fotografiados.
Si quieres sumergirte en la historia de Fuerteventura, no puedes perderteuna visita a Betancuria. Primer asentamiento fundadopor los colonizadores en 1405,capital de Fuerteventurahasta 1834 y declarada conjunto histórico desde 1979. Visita las iglesias y templos y sumérgete de lleno en las tradiciones locales.
Morro Jable, en el extremo sur de la isla, está fuertemente dividido entre el pasado y el futuro. Paseando por las estrechas calles del casco antiguo, aún se respira la tranquilidad típica de los pueblos costeros, mientras que la avenida principal, con sus hermosos jardines y palmeras, está orientada claramente hacia el futuro, salpicada de bares, restaurantes, tiendas y discotecas. Merece la pena el paseo por la vista desde el mirador que parece un cuadro. Desde allí puedes bajar las escaleras y dar un largo paseo de 3 km junto al mar para llegar alfaro .